5 mitos comunes sobre el herpes: desmentidos
Puede que este virus lo conozca todo el mundo, pero la mayoría de las personas todavía no sabe mucho acerca de él.
El herpes es común. Muy común. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés), aproximadamente uno de cada seis adultos tiene herpes genital, una infección de transmisión sexual (ITS) causada por el virus del herpes simple* (para obtener más información sobre los dos tipos de herpes, VHS-1 y VHS-2, dale un vistazo a la hoja informativa sobre el herpes de los CDC). Aunque el herpes sea muy común, todavía hay muchos mitos sobre él rondando por ahí. Los siguientes son cinco que escucho a toda hora.
Mito 1: Si no tengo llagas, no tengo herpes.
El herpes puede permanecer inactivo (algo así como en estado de hibernación) durante años sin causar ningún síntoma perceptible. Debido a esto, muchas personas no saben que lo tienen y puede ser difícil averiguar cómo y cuándo lo contrajeron. Cuando los síntomas ocurren, a menudo aparecen en forma de pequeñas ampollas sobre o alrededor de los genitales. Las ampollas se parecen un poco a las espinillas con un líquido transparente en ellas, y pueden ser dolorosas y producir una sensación de ardor. La mejor manera de saber si tienes herpes es ir al proveedor de cuidado de salud si tienes dolor, ampollas o una llaga.
Mito 2: No tuvimos sexo, entonces no es posible que tenga herpes genital.
El herpes se contagia por contacto de piel a piel con algún portador del virus. Eso significa que puedes contraer herpes a través del tacto y los besos, además del sexo oral, vaginal o anal. Las personas portadoras del herpes no siempre saben que tienen el virus, y puede que no tengan ninguna llaga visible en la piel.
Sin embargo, el riesgo de contraer el virus es mayor si has tenido contacto con una pareja que sí tenga una llaga visible. Usar condones puede disminuir bastante el riesgo de propagación del virus, pero no lo elimina del todo. Desafortunadamente, ningún otro tipo de anticonceptivo reduce el riesgo de contraer esta ITS.
Mito 3: La cura para el herpes ya existe… ¿no es cierto?
Primero las malas noticias: una vez que tienes herpes, estará contigo por el resto de tu vida. El virus puede permanecer inactivo por largos periodos de tiempo, y luego producir “brotes” en momentos de estrés o enfermedad. Ahora las buenas noticias: existen medicamentos que puedes tomar para hacer que un brote desaparezca más rápido. Si solo tienes brotes una vez cada varios años, puedes tomar los medicamentos solo cuando tienes un brote. Pero si tiene brotes más a menudo, quizás sea buena idea tomar un medicamento diario para prevenirlos. Hablar y discutir tus opciones con tu proveedor de cuidado de salud te ayudará a decidir qué estrategia es la mejor para ti.
Mito 4: Si tengo herpes no puedo tener un bebé.
Esto es algo que preocupa a muchas mujeres cuando se enteran de que tienen herpes. Afortunadamente, no es cierto. Muchas mujeres que viven con el virus del herpes dan a luz a bebés sanos. Sin embargo, si tienes herpes, es importante decírselo a tu proveedor de cuidado de salud para que pueda monitorear los síntomas. Si al momento del parto tienes llagas en el cuello del útero, vagina o en la piel alrededor de la vagina, o si tienes síntomas como hormigueo o ardor, tu proveedor te recomendará realizar una cesárea para prevenir la transmisión del virus a tu bebé. Si no tienes ningún síntoma, podrás tener un parto vaginal de forma segura.
Mito 5: El herpes es algo de lo que hay que avergonzarse.
Este es el mito más importante que hay que desmentir: aunque vivir con el virus del herpes puede ser (literalmente) doloroso, es algo supremamente común y nada de lo que haya que avergonzarse. Para obtener más información sobre este virus, dale un vistazo a la hoja informativa sobre el herpes de los CDC. Para una visión un poco más personal sobre lo que significa vivir con una ITS (además de recursos y apoyo) visita The STD Project, un sitio web fundado y dirigido por una mujer que vive con el virus del herpes.
Nota del editor: este artículo fue ligeramente modificado para remitir a los lectores a la hoja informativa de los CDC que contiene más información sobre los dos tipos del virus del herpes.
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